Algunos mitos sobre el agua

febrero 8, 2014

Algunos mitos sobre el agua

Existen muchas creencias erróneas sobre la ingesta de agua. Descubrí si éstos mitos son verdaderos o falsos, y promové una hidratación saludable.

Mito: para cuidar el corazón, hay que cuidarse del sodio del agua

Falso: la Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que el agua no contribuye significativamente a la ingesta de sodio. No hay conclusio­nes firmes sobre la posible asociación entre el sodio en el agua y la hipertensión arterial. Recordá los alimentos procesados son la fuente más importante de sodio.

La enfermedad cardiovascular continúa produciendo devastadoras consecuencias en la salud de la población mundial. En Argentina es la primera causa de muerte, con una tasa bruta de mortalidad de 250 personas cada 100.000 habitantes; le sigue la mortalidad por enfermedades tumorales con 148

La hipertensión arterial es sin duda una de los factores de riesgo más prevalente. Un tercio de la población argentina mayor de 18 años la presenta. La presión arterial elevada explica el 62% de la enfermedad cerebrovascular y el 49% de la enfermedad coronaria

Existe una estrecha relación entre la ingesta de salen la dieta y la presión arterial. Con un alto consumo de sal se detecta un claro incremento de la presión arterial con las consiguientes complicaciones que esto a carrea. En hipertensión arterial se indica un consumo diario menor a 2,4 g de sodio (6 g de sal). Las dietas muy hiposódicas son difíciles de mantener y podrían au-mentar el riesgo, por activación del sistema renina-angiotensina-al dosterona y aumento de actividad simpática

 

Mito: hay que prestar más atención a lo que los chicos comen que a lo que toman

Falso: hay que controlar por igual lo que se come y lo que se bebe, ya que los líqui­dos influyen por igual que los alimentos sólidos en la obesidad. Las calorías de las bebidas azucaradas carecen de valor nutricional y no generan saciedad.

Una razón adicional, pero no por ello menos importante, es que los hábitos se construyen en los primeros años de vida y, en este sentido, cuando los niños se acostumbran a calmar la sed con agua y no con bebidas azucaradas, logran incorporarlo como hábito desde la infancia

 

Mito: hay que tomar agua sólo cuando se tiene sed

Falso: la sed aparece cuando ya existe deshidra­tación. Se desencadena por mecanismos fisiológicos y percep­tivos, y cuando la pérdida de líquidos corres­ponde a una disminución del 3% del peso corporal o más. Por eso, se recomienda tomar agua de forma regular a lo largo del día.

Mito: tomar agua durante las comidas dificulta la digestión

Falso: beber agua durante las comidas no dificulta los procesos digestivos. Su evacuación gástrica es rápida y no posee ninguna interacción que dificulte la absorción de los nutrientes.

El agua es siempre la opción más saludable, ¡promové este hábito desde la infancia!

 

 

Mito : hay que tomar agua solo cuando se tiene sed

Falso:  La sed aparece cuando ya existe deshidratación. La sed se desencadena por mecanismos ?siológicos (incremento de la osmolaridad plasmática y reducción del volumen plasmático) y perceptivos (sabor, color y temperatura de las bebidas). La sed aparece cuando las pérdidas de líquidos corresponden a una disminución del 3% del peso corporal o más, con lo cual ya existe deshidratación

La deshidratación tiene diversos efectos; entre ellos: menor rendimiento físico, alteraciones en la termorregulación y el apetito, oliguria, di?cultad en la concentración, somnolencia, dolor de cabeza, y, en casos extremos, puede conducir a la muerte

En cuanto a las recomendaciones de líquidos, cada país tiene sus recomendaciones. En Argentina, según las Guías Alimentarias para la Población Argentina, la recomendación es de 2 litros de agua/día. En Europa, la European Food Safety Authority (EFSA) ,recomienda una ingesta adecuada de 2,5 litros/día para hombres y 2 litros/día para las mujeres. Considera de un 80% de la ingesta adecuada proviene de bebidas y un 20% restante de alimentos, por lo quela ingesta de líquidos sería de 2 litros y 1,6 litros/día para hombres y mujeres respectivamente.

 

 

                                

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