Dos tajadas de pan tienen 10 veces más sodio que un vaso de agua mineral
Dos tajadas de pan tienen 10 veces más sodio que un vaso de agua mineral
La falta de conocimiento sobre las referencias en el rotulado de alimentos y bebidas suele generar confusiones y creencias erróneas. El etiquetado contiene información valiosa, que, bien interpretada, permite hacer elecciones más acertadas.
Sin embargo, a menudo la lectura rápida o incorrecta lleva a errores tales como pensar, por ejemplo, que es más importante restringir la ingesta de agua, en lugar de reducir el consumo de fuentes de sodio más importantes como fiambres, pan o algunos quesos.
En efecto, “mientras un vaso de agua mineral en promedio tiene 26 mg de sodio, dos rebanadas de pan lactal 10 veces más, un mignón de 50 gr aporta casi 9 veces más o una hamburguesa 23 veces”, reveló el licenciado Sergio Britos, director del Centro de Estudios sobre Políticas y Economía de la Alimentación (CEPEA). Cabe recordar que, según una investigación realizada por este organismo, el total de las bebidas y aguas que consumen los argentinos representa apenas el 3,7% de la ingesta de sodio, mientras que las aguas minerales aportan apenas el 0,16%.
De hecho, existe mayor riesgo en restringir la ingesta de agua que en beberla en abundancia, según afirmó Britos, que además es profesor asociado de la Escuela de Nutrición de la Facultad de Medicina de la UBA: “El agua es un nutriente esencial y muy saludable, hidrata sin aportar calorías extra. Sin embargo, es común que profesionales de la nutrición y la salud manifiesten preocupación por la ingesta de agua como fuente de sodio y adopten una actitud restrictiva frente a sus pacientes. Un estudio realizado en 2009 mostró que la población argentina (promedio) consume diariamente un volumen de líquidos ajustado a la recomendación, pero su perfil de calidad no es el mejor, ya que es alta la proporción de azúcar (y por consiguiente, de calorías) incorporada a través de las bebidas de la dieta. 14% de las calorías de la dieta y 60% de los azúcares provienen de bebidas (e infusiones) azucaradas, mientras que todas las aguas y bebidas apenas aportan el 3,7% del sodio total ingerido diariamente. De allí deriva la importancia de promover un mayor consumo de agua, junto con un salto de calidad en cuanto al contenido calórico de las bebidas”, argumentó.
Agustina Saraví, licenciada en nutrición y Directora Asociada de CEPEA, expresó que “aún hoy, muchos nutricionistas creen que las aguas son fuente importante de sodio; si se leyeran adecuadamente las etiquetas y se conociera la estructura de consumo de la población, nadie podría afirmarlo”. Según el documento de CEPEA, el 44% de los nutricionistas encuestados consideraba que las aguas de mayor contenido de sodio (16 mg en 100 ml) son “altas en sodio”, cuando en realidad las aguas -todas- están entre las bebidas con menor contenido del mineral.
No obstante, la especialista admitió que “existen algunos aspectos del rotulado de bebidas que podrían contribuir a cierta confusión. El Código Alimentario Argentino establece que la porción que se debe considerar para informar el contenido de sodio de las bebidas es 200 ml, mientras que en el caso de las aguas es 1000 ml. Pocos conocen esta diferencia, y por ello la mayoría puede llegar a comparar incorrectamente los valores de sodio y aconsejar mal a los pacientes. El tratamiento diferencial que hace el CAA entre aguas y las demás bebidas hace que muchas bebidas que pueden presentarse como “bajas en sodio” tengan más sodio que las aguas minerales.
Por eso, Britos recomendó “actuar con inteligencia a la hora de alimentarse, leyendo con cuidado las etiquetas, y tomando medidas tales como sacar el salero de la mesa, optar por agua antes que por otras bebidas, sumar verduras, frutas, cereales integrales, legumbres, cerdo y pescado. Asimismo, prestar atención al consumo de embutidos, fiambres, chacinados, pan o galletitas. Así se podrá realizar con éxito una dieta realmente moderada en sodio, que contribuye al manejo de la presión arterial elevada”.
¿Cuánto sodio se puede ingerir?
La recomendación de ingesta diaria de sodio para la población general y adultos en particular fue establecida en 2004 por el Instituto de Medicina de los Estados Unidos (IOM) en 1,5 gramos diarios. El valor máximo de ingesta en adultos es de 2,3 gramos. Por su parte, la OMS recomienda menos de 2 gramos diarios en adultos.
La ingesta de sodio en la Argentina, en cambio, difiere y es significativamente mayor que la aconsejada. De hecho sodio y azúcares agregados constituyen los dos nutrientes de mayor exceso desde la perspectiva de las recomendaciones de alimentación saludable.
En población general argentina, un estudio de CEPEA de 2011 señala que el consumo de sodio proveniente de alimentos y bebidas, sin contar la sal de mesa, es de 2,6 gr, claramente por encima de la recomendación. Según datos de FIC Argentina (Fundación Interamericana del Corazón), el consumo promedio de sodio en los argentinos alcanza los 4,8 gr.
Leer bien las etiquetas
En junio de 2011, el portal Nutrinfo realizó una encuesta online a una muestra de 462 profesionales de la salud (85% nutricionistas o estudiantes avanzados y el resto principalmente médicos nutricionistas y otros profesionales). El foco fue el contenido de sodio en aguas y bebidas y los conocimientos y criterios de indicación de los profesionales.
Una mayoría significativa (85%) identifica correctamente a la sal de mesa como la fuente alimentaria más importante de sodio. Por el contrario, un porcentaje muy bajo de respuestas (20%) menciona al pan como fuente alimentaria de sodio, pese a que ocupa el segundo lugar, luego de la sal.
En el caso de las aguas minerales, casi el 10% de las respuestas las identifica como fuente de sodio, aun cuando su frecuencia de consumo y contenido en sodio son bajos. La carne, cuarta fuente alimentaria de sodio en importancia, fue considerada por más de dos tercios de los participantes como muy poco importante.
Fuente: Centro de Estudios sobre políticas y Economía de la Alimentación./ Diario El Sol online
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