Bares de Agua
Bares de Agua
La popularidad de los bares de agua va en alza, como en antaño lo fueron los baños públicos, los saunas y las aguas termales. Este retorno a la fuente de vida tiene como principal let motiv a la reivindicación de la vida sana, disfrutada con el mejor sabor especializado. La moda de los bares de agua ya ha encontrado su lugar en las ciudades más cosmopolitas del mundo: Roma, París y New York son algunas de las locaciones para degustar del nuevo y soberbio sabor de las aguas.
En la carta de estos bares el agua toma sus más diversos sabores para ser degustados por paladares exquisitos: agua con y sin gas, aromatizadas con esencias de frutas o hierbas, oxigenadas y de los manantiales más inalcanzables. En todos los bares de agua la característica común es la información detallada de la composición del agua que se está degustando para el conocimiento de sus propiedades nutritivas.
Pero, ¡atención!, los expertos aconsejan tener en cuenta ciertos aspectos a la hora de la degustación de aguas:
-La temperatura ideal para tomar agua sin gas es entre los 15 y 18ºC, ya que si bien el agua fría nos da la sensación de saciar la sed, arruina el esmalte de nuestros dientes y sus propiedades se alteran con el frío.
-La temperatura justa para beber agua con gas son unos 8ºC.
-No conservar una botella abierta por más de 48 hs.
-Evitar que las botellas entren en contacto con productos de limpieza.
-Jamas congelar el agua, ya que sus propiedades minerales se alteran con la exposición a bajas temperaturas.
El agua: un mundo a descubrir
No es nada extraño ir a un restaurante y que junto a la carta de vinos nos presenten una de aguas. Es una nueva tendencia que está presente ya en los restaurantes y establecimientos más selectos y que se está extendiendo como una práctica normal. Aquello que aprendimos en el colegio sobre el agua, que no tiene sabor, ni olor ni color, lo tendremos que ir olvidando, porque parece ser que el agua es un mundo a descubrir.. No os extrañeis cuando sumilleres especializados y educados en la cata del agua os quieran recomendar la variedad más apropiada para cada comida
Todo comenzó en Italia donde desde hace tiempo existe la la Asociación de Catadores de Agua Mineral (ACAM). Esta organización celebra cursos formativos e intenta educar los paladares de los sumilleres para que valoren este líquido tan común pero tan valioso a la vez.
Pero conozcamos un poco más de las nuevas clasificaciones de agua. La oferta ya no se limita sólo a las dos opciones más conocidas: ‘con gas’ y ‘sin gas’. Ahora aparecen dos variedades más: ‘ligeramente gasificadas’ y ‘de efervescencia natural’ que se sitúan a medio camino entre las dos primeras.A la hora de valorar un agua se tienen en cuenta muchas cosas, pero su primera clasificación dependerá de la cantidad de sodio, calcio y flúor que contenga. Los acuíferos, de los que procedan los distintos líquidos, determinarán estas características, ya que el agua va absorbiendo los diferentes minerales presentes en la tierra. Según el recorrido de éstos resulte mayor o menor, y dependiendo del tipo de terreno, el sabor final será distinto.
¿Cómo se distingue el agua?
Si catar y distinguir un buen vino no se trata de algo fácil, en el caso del agua las cosas se complican más. Las diferencias no resultan tan claras y los contrastes son menores: sólo un paladar privilegiado y bien entrenado será capaz de distinguir y diferenciar las distintas cualidades del líquido.
Como ocurre con el vino, el agua se sirve en copas de cristal y se vierte con tanto cuidado y protocolo como le corresponde a un producto de alta calidad. Se tiene que observar detenidamente, sobre un fondo blanco, pues no todos los líquidos son totalmente transparentes. Cuanto más turbio y menos cristalino, peor calidad.
Oler es el siguiente paso: prestando la máxima atención y con total concentración, se puede distinguir el cloro o el azufre, lo más común y fácil de diferenciar. El fango, la cal, el moho o la grasa son otros datos del análisis olfativo.
Para acabar, se paladea con cuidado, manteniéndolo en la boca unos segundos para poder captar toda su intensidad. La impresión, en el primer contacto bucal, es el principal dato que se valora. La intensidad evalúa la duración de las sensaciones gustativas y la evolución determina los sabores que se distinguen al mantener el producto en la boca.
Y entonces, ¿qué agua va bien para qué comida?
Igual que sucede con el vino, no todos los alimentos pueden ir acompañados de cualquier agua mineral. Según los expertos, las aguas versátiles resultan las más fáciles de maridar pues casan bien con muchos alimentos. Las equilibradas, al ser más ligeras y suaves, son ideales para platos más delicados y las que tienen más sabor o más gas son las adecuadas para las carnes
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